El cibercrimen ya no es un problema técnico: es político

Un municipio descubre que su red fue vulnerada. Durante semanas, nadie se da cuenta. Hasta que un proveedor le avisa que se filtraron documentos confidenciales. Un juzgado recibe una amenaza creíble minutos después de que se comprometen las credenciales de un empleado. Un legislador encuentra su identidad utilizada para distribuir desinformación con inteligencia artificial.

Esto ya está ocurriendo.

Y si no sucede más seguido, es porque aún hay criminales aprendiendo a escalar. No porque el Estado esté más protegido que antes.

La nueva economía del delito es digital

El reciente informe de Europol, “Steal, Deal and Repeat – IOCTA 2025”, ofrece una radiografía preocupante del presente: el robo y comercio de datos personales y gubernamentales ya es el combustible del cibercrimen global.

Estos datos no se roban para un único delito. Se roban, se negocian, se intercambian, se acumulan. Y después se vuelven a utilizar, una y otra vez.

Estamos ante un modelo económico criminal que funciona como un supermercado clandestino, donde se puede comprar acceso a una red municipal, credenciales de un empleado judicial o la identidad digital de un funcionario.

ciberseguridad en el estado

¿Quiénes son los que operan detrás?

Ya no hablamos solo de “delincuentes informáticos”. El ecosistema criminal se profesionalizó. Hoy hay proveedores de servicios criminales en modalidad Crime-as-a-Service (CaaS):

  • IABs (Initial Access Brokers) que venden accesos a redes internas.
  • Data brokers que comercian millones de datos robados de organismos públicos y privados.
  • Desarrolladores de malware como servicio, que alquilan virus a medida.
  • Grupos de ransomware que secuestran información y negocian con la lógica de una empresa.
  • Expertos en ingeniería social que usan técnicas de manipulación, deepfakes y bots con inteligencia artificial.

Esta maquinaria se mueve en foros cifrados, redes anónimas y canales privados donde el anonimato es la norma.

Cibercrimen en el Estado

Los datos del Estado ya no están a salvo por default

En muchos organismos públicos se sigue pensando que “esto no nos va a pasar”. Pero esa es una ilusión peligrosa.

Un sistema judicial que no puede garantizar la integridad de sus expedientes digitales o la identidad de sus operadores, es un sistema vulnerable. Un municipio sin protección adecuada de sus bases de datos es un blanco fácil para ataques de ransomware. Un legislador sin doble autenticación o sin capacitación básica en ciberseguridad es una puerta abierta al chantaje, la suplantación y la manipulación.

Esto ya no es un tema técnico. Es un tema político, estructural y de gobernabilidad.

El Estado no puede jugar a la defensiva

La mayoría de las amenazas no se ven venir. No generan alertas. No estallan. Solo se filtran, se mueven por debajo de la superficie, se consolidan… y atacan cuando ya es demasiado tarde.

Por eso, pensar la ciberseguridad para el Estado exige pasar de un enfoque reactivo a uno preventivo e inteligente.

Ya no alcanza con tener un antivirus o un firewall. Se necesita:

  • Sistemas de monitoreo de anomalías en tiempo real.
  • Auditoría permanente de accesos y credenciales.
  • Capacitación continua para funcionarios y equipos técnicos.
  • Protocolos de actuación política y legal ante incidentes.
  • Y, sobre todo, una cultura digital institucional que entienda la seguridad como un deber público.
ciberseguridad gubernamental

El crimen se modernizó. ¿El Estado también?

La digitalización llegó para quedarse. Pero sin una política de ciberseguridad de fondo, cada avance tecnológico del Estado puede volverse en su contra.

¿Hasta cuándo vamos a seguir pensando que esto es un problema “de informática”?
¿Cuándo vamos a entender que lo que está en juego es la confianza, la estabilidad y la legitimidad institucional?

La ciberseguridad no es un gasto. Es infraestructura crítica.
Y como toda infraestructura crítica, no puede esperar a que el problema estalle para empezar a construirla.

Artículos relacionados

El cibercrimen ya no es un problema técnico: es político

La ciberseguridad ya no es solo un tema técnico: es un desafío estratégico para gobiernos, justicia y legisladores. Este artículo expone cómo operan los nuevos...

Seguir leyendo...

Bloqueo inteligente de cuentas bancarias y financieras comprometidas

Ciberseguridad: ¿cómo los bancos y fintech pueden implementar un sistema de bloqueo temporal de cuentas comprometidas? Un llamado a la acción para entidades financieras frente...

Seguir leyendo...

Más allá de los sensores: Redefiniendo las Ciudades Inteligentes

Sensores omnipresentes, datos masivos y conectividad en tiempo real. ¿Es eso todo lo que constituye una ciudad inteligente? ¿O tiene más que ver el uso...

Seguir leyendo...

es_AR

Ojos de Centinela

Ojos de Centinela es una plataforma avanzada de protección digital que monitoriza activos, identifica amenazas y previene riesgos en tiempo real.

Sistema de Expedientes Digitales

Permite a los gobiernos gestionar los expedientes de manera digital cumpliendo al 100% con la normativa vigente. Ahorra tiempo, recursos y garantiza la trazabilidad completa y transparencia en la gestión de cada expediente. Adaptado a la normativa de la 🇦🇷 República Argentina.

GovLink™

GovLink™ es la suite integral de digitalización gubernamental de Wai™. Moderniza la gestión de los gobiernos con trámites digitales, expedientes digitales, firma electrónica y más. Transforma la relación entre Gobierno y Ciudadanía.

Govlink IA™

Govlink IA™ es la herramienta que transforma datos crudos en conocimiento estratégico. Utilizando inteligencia artificial, detecta patrones, encuentra inconsistencias y presenta información de manera clara y útil para optimizar la toma de decisiones en la gestión pública.

Escudo Digital™

Escudo Digital™ es el sistema de detección de amenazas y anomalías que convierte a cada computadora y dispositivo móvil en una barrera activa contra ataques cibernéticos. Instalado directamente en los endpoints, permite implementar políticas de ciberseguridad en minutos, sin necesidad de una infraestructura compleja.